En Chile, las representaciones culturales tienen un gran impacto en cómo percibimos y entendemos a diferentes grupos de personas. A menudo, estas representaciones pueden llevar a la marginalidad de aquellos que no encajan en los estereotipos dominantes y a la perpetuación de sesgos y prejuicios que florecen a su bienestar y oportunidades. Por otra parte, la marginalidad también puede ser el resultado de políticas y prácticas sociales que ignoran o discriminan a ciertos grupos de personas.